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lunes, 12 de enero de 2009

Cambio de luces




Cuando madre, en el mismo momento en que oscurece, me
manda a la cama, veo por la ventana al sereno, que se pasea
vigilando arriba y abajo. La calle está oscura y solitaria y la
farola está en pie como un gigante con un solo ojo colorado
en la frente. El sereno viene y va meciendo su farol con su
sombra al lado, y en su vida se tiene que acostar.
¡Quién fuera sereno, para pasarme la noche entera, calle
abajo, calle arriba persiguiendo las sombras con mi farol!


Rabindranath Tagore. "Vocación"

6 comentarios:

  1. HOLA!!! Gracias por pasarte por mi blog, ha sido un gusto enorme conocerte!!! Qué maravilloso este espacio... las fotos son espectaculares y lo que escribes es realmente hermoso..Además te cuento que la fotografía es una de mis pasiones..

    Me ha encantado llegar aquí..

    Te dejo un abrazo hasta mi regreso ;)

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  2. Para mi será todo un placer recibirte cuando tu quieras. Aqui serás siempre bienvenida. De todas formas ya pasaré yo tambien por tu oasis.

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  3. En el lago, y un frio de tres pares

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  4. Ahí te va otro Farol, cortesía de Enrique Cadímaco -uno de los mejores letristas que tuvo Gardel-. El poema se titula "El Farol Colorado" y dice así:

    Hubo hace muchos años en la Isla Maciel
    un turbio atracadero de la gente nochera;
    ahí bajaba del bote la runfla calavera
    a colocar su línea y a tirar su espinel.

    Se llamaba ese puerto El Farol Colorado
    y en su atmósfera insana, en su lodo y su intriga,
    floreció la taquera de la lata en la liga,
    de camisa de seda y de seno tatuado.

    Al entrar se dejaba todo en el guardarropa:
    revólveres, taleros y los cabos de plata;
    la encargada del mismo, una gorda mulata
    estibaba sus grasas en la proa y la popa.

    En el salón sonaba la pianola ruidosa,
    el cine pornográfico caldeaba aquel ambiente
    y cuando el intervalo, los vasos de aguardiente
    continuaban aquella velada indecorosa.

    Cuando en alguna pieza se oía la jarana
    de la mujer que a veces no se mostraba activa,
    una frase en polaco, de la regente iba
    como un chirlo en la nalga de la mina haragana.

    El pecado, la riña, el vicio, la bebida,
    el rencor, el delito, la lujuria, el recelo,
    eran las flores negras que brotaban del suelo
    de esa isla del diablo y de la mala vida.

    y ya, lector, que sabes el soplo que ha inspirado
    estos temas del hampa con los que siempre vibro,
    si no te asfixia el clima que respira este libro
    puedes leerlo a la luz del Farol Colorado.

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